Murcia Flamenca se llenó la noche del viernes 20 de junio de libertad. Se embriagó de la independencia que Niño de Elche impone en su cante, se enajenó de la desgragmentación del Flamenco a la que sólo puede llegar aquel que es conocedor y dominador de cada uno de los palos de este insigne arte. Por que el Flamenco se puede cantar a compás, por derecho y con pureza, o como hizo, hace, Niño de Elche, a partir de las bases más flamencas y ortodoxas, bases con las que convertir el cante en un puñal, en una lanza, en un grito libre. Y lo hace. Unos dirán que bien, otros que mal, los de más allá quedarán sorprendidos, pero ninguno, absolutamente ninguno permanecerá ajeno e impasible a la expresividad, la queja, el lamento o la brutal crítica que ofrece en cada uno de sus cantes.
Niño de Elche recitando.
Comenzó "Con cierto Flamenco" con percusión corporal, ritmos acompasados, ligados o perdidos que surgían de los cuerpos de Niño de Elche y Raúl Cantizano. Asombró a posteriori el ilicitano con su "Cantologuía" realizando un delicado viaje por distintos palos flamencos; Malagueña, Alboreá, Bulerías, Alegrías, Cantiñas, Tangos de Málaga, Petenera o Martinete, entre otros, de los que con unos pares de versos iluminó las tablas de Victorio 16. Viajó por Cádiz, caminó por África (o algún lugar parecido) y recorrió latitudes desconocidas, llegando a sus Cantes Tóxicos.
Comenzó "Con cierto Flamenco" con percusión corporal, ritmos acompasados, ligados o perdidos que surgían de los cuerpos de Niño de Elche y Raúl Cantizano. Asombró a posteriori el ilicitano con su "Cantologuía" realizando un delicado viaje por distintos palos flamencos; Malagueña, Alboreá, Bulerías, Alegrías, Cantiñas, Tangos de Málaga, Petenera o Martinete, entre otros, de los que con unos pares de versos iluminó las tablas de Victorio 16. Viajó por Cádiz, caminó por África (o algún lugar parecido) y recorrió latitudes desconocidas, llegando a sus Cantes Tóxicos.
Niño de Elche y Raúl Cantizano, "Cantologuía".
De la mano de escritores y pensadores, de críticos y poetas, de la mano y las letras de Rafael Narbona y Antonio Orihuela a los que recitó y a los que reinvindicó llegaron los Cantes Tóxicos, como críticas voraces a la injusticia, al sinsentido y a la interminable avaricia humana, cantes expresados en sus fandangos tóxicos o en su soleá aporrá y que concluyeron con "Miénteme", sentido, reflexivo.
Raúl Cantizano a la guitarra eléctrica.
Raúl Cantizano a la guitarra eléctrica.
Valiente Niño de Elche, valiente Raúl Cantizano, valiente Murcia Flamenca ofreciendo en nuestra ciudad una noche distinta, irreverente, crítica, puntiaguda, meditabunda...y cada uno que ponga sus calificativos.
0 comentarios:
Publicar un comentario