Descubrí a Miguel Poveda allá por el año 1996, un par de años después de haberse estrenado La teta y la luna de Bigas Luna película en la que el por entonces un joven Poveda hacía sus primeros pinitos en el mundo del séptimo arte. Ya había bregado sin embargo el catalán en peñas flamencas en las que comenzó a cantar hacia el año 1985 y sobre todo ya había conseguido, en 1993, la Lámpara Minera en el Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión, uno de los premios flamencos más importantes del mundo, arrasando en aquella 33ª edición del festival minero y flamenco. Pero yo, yo entonces andaba en otros menesteres y de Miguel me quedé tímidamente con el recuerdo del bonito quejío de su voz. Lo guardé dentro, sin saberlo.
Al primer rayo de la luz de la mañana
despierto siempre preguntando donde estás.
Con mi aliento empaño el cristal de mi ventana
y veo a mi barquilla echarse a la mar.
Pasaron los años. Años en el que coqueteé con el flamenco, la copla, el tango y otras músicas que acabaron por conformar mi personalidad. Años en los que Miguel Poveda creció, maduró y forjó el molde de un hombre y un cantaor que ahora arrasa por allá donde pisa. Me lo volví a cruzar unos años después de la mano de Pasión Vega con un precioso dueto en el que marcaron El rumbo de tus pasos, de los míos. Sin duda. Ahí ya Miguel Poveda era un volcán cuya lava recorría las laderas de mi alma y yo un caballo desbocado a su compás. Buceé en sus músicas, en catalán o castellano. A palo seco, con otros compañeros y compañeras, con orquesta...por derecho, flamenco o tangueando. ¡Qué me importaba! Esa voz ya estaba anclada en mi basamento, para siempre.
Viento del este, Suena Flamenco, Zaguán, Poemas del exilio de Rafael Alberti, Desglaç, Tierra de calma. Cante i Orquestra, Coplas del querer, Artesano, Real, Diálogos de Buenos Aires a Granada y su nuevo Sonetos y poemas para la libertad. 13...como el nombre del documental sobre su vida que se estrena en pocos días en el Festival de Cine de Málaga. 13 trabajos, 13 es el número de este, su, nuestro, mi, Sonetos y poemas para la libertad.
Sonetos y poemas para la libertad. Delicioso, elegante, reivindicativo, por supuesto libre. Nos trae Miguel un precioso ramo con 15 temas cada uno más especial que el anterior. Nos canta por García Lorca, Miguel Hernández, Lope de Vega, Rafael Alberti, Francisco de Quevedo, Joaquín Sabina, Pablo Neruda, Muñoz Rojas, Pedro Guerra, Luis Eduardo Aute, Rafael de León o Gil de Biedma.
Sonetos y poemas para la libertad. Delicioso, elegante, reivindicativo, por supuesto libre. Nos trae Miguel un precioso ramo con 15 temas cada uno más especial que el anterior. Nos canta por García Lorca, Miguel Hernández, Lope de Vega, Rafael Alberti, Francisco de Quevedo, Joaquín Sabina, Pablo Neruda, Muñoz Rojas, Pedro Guerra, Luis Eduardo Aute, Rafael de León o Gil de Biedma.
Inunda Poveda el mundo flamenco (y no flamenco) de poesía y duende, de ritmos libres, de compás. De nostalgia y desamor. Juega Miguel con su voz, voz que desgarra, que acaricia y duele, voz que engancha. Vuelve a hacerlo, aliado esta vez de poetas. Acompañado como siempre de Joan Albert Amargós y Juan Gómez Chicuelo, de viejos y grandes amigos. De Sabina, Miguel Ríos o Ana Belén. Vuelve a hacerlo. Como y cuando quiere, vuelve Miguel Poveda a emocionarnos.
Tiene Poveda en este nuevo viaje un recuerdo especial a su maestro, al genio Enrique Morente, en Enrique y Granada, tema en el que asoma la voz de Joaquín Sabina dando ese toque tan especial que tiene el madrileño.
Para la libertad del oriolano Miguel Hernández, Romance de la dulce pena, El poeta pide a su amor que le escriba de Lorca, No volveré a ser joven de Biedma o Soneto del ángel deseado de la pluma de Pedro Guerra son otras dulces y dolientes paradas de un viaje ante el cual me rindo y ya me callo, dejándoles a Ustedes unirse. Ábranlo, mezánse a su abrigo, háganlo suyo. Descubran estos sonetos y poemas que Poveda nos regala. Una vez más, gracias. ¡Ole tú, Miguel!
Tiene Poveda en este nuevo viaje un recuerdo especial a su maestro, al genio Enrique Morente, en Enrique y Granada, tema en el que asoma la voz de Joaquín Sabina dando ese toque tan especial que tiene el madrileño.
Ese compás que se juega la vida,
esa agujeta pinchando el vació,
esas falsetas hurgando en la herida,
esa liturgia del escalofrío.
Para la libertad del oriolano Miguel Hernández, Romance de la dulce pena, El poeta pide a su amor que le escriba de Lorca, No volveré a ser joven de Biedma o Soneto del ángel deseado de la pluma de Pedro Guerra son otras dulces y dolientes paradas de un viaje ante el cual me rindo y ya me callo, dejándoles a Ustedes unirse. Ábranlo, mezánse a su abrigo, háganlo suyo. Descubran estos sonetos y poemas que Poveda nos regala. Una vez más, gracias. ¡Ole tú, Miguel!
0 comentarios:
Publicar un comentario