Al aire y a compás

 No es Flamenco pero es cultura. Y como la cultura nos apasiona, el pasado domingo recorrimos las calles de Barranda, un pequeño pueblo del Noroeste murciano, para vivir en primera persona la Fiesta de las Cuadrillas. Un evento en el que todos los últimos domingos del frío mes de enero se unen cuadrillas de jóvenes y mayores venidas de todo el territorio nacional para celebrar una auténtica explosión de cultura, nuestra cultura y música popular.

Desde 1979 miles de personas han disfrutado de este encuentro que ha permanecido fiel a sus inicios hace más de 30 años. Música y baile en la calle sin más aderezo que la compañía de amigos y el abrigo de las buenas viandas de la zona son el secreto de su éxito. Además la localidad organiza decenas de actividades paralelas, como las Jornadas sobre Cultura de Tradición Oral y conciertos de música étnica para promover y perpetuar la cultura de la cuadrilla y el trovo, con mucha raigambre en nuestra región.

Este intenso fin de semana alrededor de la tradición, cuadrillas de lo ancho y largo de la Región de Murcia; Aledo, Patiño, Moratalla, Caravaca, Cuesta de Gos, Purias y por supuesto Barranda, además de otras venidas de Albacete, Motilleja, Huebras - Nerpio, Málaga, Candeleda o Aldaia en Valencia llenaron de música y alegría las calles barranderas. Entre ellas se encontraba uno de los personajes más queridos y respetados en este encuentro, el Tío Juan Rita, que a sus 103 años ofreció las coplas que lleva toda la vida cantando y que le siguen llenando de vitalidad. Coplas transmitidas de generación en generación por vía oral y en las que se habla de los episodios de la vida cotidiana.

Entre los miles de visitantes, que abarrotaban las distintas calles de la localidad, también se pudo ver a otro importante personaje para este municipio, Carlos Blanco Fadol, quién ofreció su colección privada de instrumentos musicales de los cinco continentes para la creación del Museo de Música Étnica de Barranda, espacio para la investigación, difusión y valorización de la música étnica y tradicional, su conservación, potenciación y la comprensión mejor de nuestra historia. Un lujo y orgullo para el municipio.

Ya queda un día menos para la edición de 2016, música, baile y alegría ¿Os apuntáis?