La sensibilidad y el gusto en las formas cantaoras camparon a sus anchas el pasado viernes por el recital de Juan Fariña en La Puerta Falsa. Anduvo el onubense entre susurros y quejíos adueñándose de Murcia Flamenca y del público que abarrotó San Martín de Porres 9.
Y comenzó a caldearse la fría noche murciana por Zambra, en recuerdo a Manolo Caracol de quién Fariña se declara devoto, acompañado por el excelente toque en las guitarras flamencas de Antonio Muñoz Fernández y Borja Barón. La Unión y Cartagena al compás de Huelva. Subió, tras el arranque por Zambra, la temperatura con un rebujo de cantes por Bulería rematados por La Salvaora para pausar la velada, a posteriori, por Malagueñas, la del Gayarrito, y Abandolaos en memoria de Manuel Torres y Enrique el Mellizo. Una oda a la elegancia y saber decir los cantes.
Por Huelva, por Fandangos, continuó el cante melismático y lleno de matices de Fariña, para introducirse de nuevo por Bulerías. Y el toreo ¡Ay el toreo! A compás de Bulería nos trajo los entresijos y luchas entre Lagartijo y Frascuelo el onubense, arrebatando de nuevo al respetable. En su siguiente parada se acordó Juan de Rafael Romero El Gallina con un cante poco dicho, al alimón que bonito, Caña y Polo. ¡Olé tú!
Seguía el duende recorriendo cada rincón de La Puerta Falsa, duende que se fue a Cádiz a compás de las palmas de Agustín Garnés y José Fernández, por Cantiñas, Alegrías y Bulería. Grandes ambos. Y quiso Fariña parar de nuevo el tiempo, dominar el escenario, mecer el cante y rasgarse la garganta por Soleá, de Alcalá y Cádiz.
Volvió a su tierra el cantaor, a Huelva. Y con su voz aguda y rota, el brillo de sus ojos y la pasión que derrama por arrobas cantó libre los Fandangos caracoleros para llevarnos después, a compás, a Alosno y rematar en su Calle Real, esa que dicen que es la más bonita que rondan los adorneros, este elegante paseo por los cantes y el Roete de Juan Fariña.
Cerrose la noche con un fin de fiesta por Bulería, con todo el cuadro en pie, frente al público y un Juan Fariña agradecido a Murcia Flamenca y agradecido a esta tierra, como agradecidos quedamos los asistentes a la gala por esta noche tan especial que Juan, Antonio, Borja, Agustín y José nos regalaron. ¡Ole vosotros! ¡Ole tú Juan!
Volvió a su tierra el cantaor, a Huelva. Y con su voz aguda y rota, el brillo de sus ojos y la pasión que derrama por arrobas cantó libre los Fandangos caracoleros para llevarnos después, a compás, a Alosno y rematar en su Calle Real, esa que dicen que es la más bonita que rondan los adorneros, este elegante paseo por los cantes y el Roete de Juan Fariña.
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